Con estos fríos, a quién no le gusta una rica sopita. Es por eso que hace rato ya, antes que comenzara la famosa “ola polar”, hicimos una exquisita sopa. ¡Increíble lo dulce que puede quedar sin echar azúcar! A ver, a ver. ¿Qué cosa puede ser? Adivinaron, ¿no?, ¿sí? No, no es eso lo que estás pensando. Si todavía no sabes lo que es y ya viste el título y la foto, eres pero es que muy h#$#n. Sí, ¡sopa de cebolla! Algunos dirán: ¿Pero cómo una sopa de cebolla puede ser dulce, sabrosa y no pasosa? Bueno, la verdad es que puede ser las tres cosas, aunque la tercera es algo debatible.
Así que, qué diantres se necesita para hacer esta sopita y nos intente quitarnos el frío. Bueno, en primer lugar, cebolla, ¡dah! Basta de rodeos, aquí va la receta:
Ingredientes:
- Una buena cucharada de mantequilla/margarina
- Aceite de oliva (También puede ser vegetal, de maravilla, soya, etc. No sean tacaños)
- Un puñado de hojas de salvia. Y 8 hojas para servir.
- 3-6 dientes de ajo, molidos. Depende de qué tan juerte les guste.
- 3-5 cebollas moradas, medianas. Peladitas y cortadas juliana.
- 3 cebollas normales, grandes. Peladas y cortadas juliana.
- 300g de puerro. Aproximadamente 2 “ramas”. Cortado fino.
- Chalotes o algún otro tipo de cebolla que tengan a mano. Entre más diverso mejor.
- 2 litros de caldo, cualquiera sirve.
- Unas lindas rebanadas de pan. 4-8 para servir al final.
- 8 láminas de Queso Cheddar o 200g rallado.
- Salsa inglesa
Wow, pero qué cantidad de ingredientes. Ahora pensaran, ¿puerro?, ¿salvia? Sí, hacen una gran diferencia. La primera vez que lo hice los incluí, y quedó MA-RA-VI-LLO-SA. Sí, así de sencillo. La segunda vez que lo hice, al día siguiente por petición popular, no me quedaba. Y si bien quedó rica, le faltaba ese toque.
¿Cómo se hace la custión ésta?
Pero elemental mi querido Watson. Plain simple. First of all, put the butter, oil, garlic and sage into a thick olla. Luego, revuélvelo de vez en cuando, que no se queme, y agrega todas las lindas cebollas que espero hayan sacado el lado femenino que hay en ti. Pon el fuego medio, la idea es que las cebollas queden suaves y traslúcidas. Sazonar con sal y pimienta a gusto, ojalá recién molida, y déjalo cocinando por unos lindos 50 minutos tapado. Que no se te olvide revolver cada cierto tiempo. En los últimos 20 minutos, quita la tapa.
Si les parece mucho… están mal. Claramente este es el paso fundamental para que las cebollas queden suaves y dulces. Si se apuran, no les va a quedar igual. Así que tengan paciencia y hagan algo por mientras.
Cuando haya pasado el tiempo, agrégale el caldo, ¡caliente! Espera a que hierva, y déjalo burbujeando (simmer, ¿por qué diablos los gringos tienen palabras infinitamente más específicas que nosotros? A veces cuesta mucho traducirlo) entre 10 a 15 minutos.
Ahora, saca esas fuentecitas de greda que compraron en Pomaire, pégales una limpiadita, y precaliente el horno al máximo. Pon a tostar el pancito (sí, la sopa trae pan y no te van a mirar feo). Ahora vuelve a probar tu linda sopita y échale sal y/o pimienta hasta que digas: ¡Voila! Luego, sírvela en tus 8 pocillos, tápalos con el pan recién tostado, húndelo si quieres. Pon el queso cheddar encima y agrega un poco de salsa inglesa. Casi para finalizar, pon esas hojas de salvia que ya debes tener olvidadas sobre el pan, intenta que se vea lindi, y agrega un poco de aceite de oliva si lo deseas.
Finaaaaaaalmente, introduce las fuentes al horno y espera hasta que el queso esté completamente derretido o inclusive burbujeando. Luego, retíralas del horno y ¡listo!
¡A disfrutar y quitarse el frio!
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